domingo, 27 de enero de 2013

Más allá del desierto...

No sé si es bueno como cuento porque en realidad traté de contar un sueño que tuve hace tiempo...
Ahí va...
Desierto de Atacama - 2010

Ayer tuve un sueño extraño. Soñaba que me despertaba con la sensación de haber vivido algo más que un sueño. No sabía donde estaba, no veía nada a mí alrededor. Era como despertarme de la muerte. Todo oscuro y lúgubre. Recordaba quien era, pero algo me decía que no debía. No entendía el por qué, pero tenía la certeza de que esos recuerdos no debían de estar en mí. Estaba segura de que algo había salido mal. Yo no debía recordar. No comprendía que sucedía. Tenía la impresión de haber pasado por esta misma situación otras veces. Mi memoria estaba en una nebulosa. No era la primera vez que experimentaba todo esto. Ahora caminaba por un desierto, mi mente divagaba. Me sentía muy angustiada porque recordaba muy poco de mi vida, sólo que había tenido otras existencias y la seguridad de haber despertado varias veces. El paisaje era siniestro. Andaba en medio de la nada. No tenía fuerzas para gritar y pedir ayuda. Otra vez esa sensación de certeza. Esta vez por saber que no encontraría a nadie, de soledad absoluta. Si todo era un sueño, quizá faltaría poco para que despertara – pensaba. Mientras esto no ocurría seguiría caminando. ¿Adónde me llevaba este paisaje tan despojado de todo? Mientras caminaba trataba de evocar algo de mi vida. Tenía la sensación de que las cosas que se habían borrado de mi memoria no eran buenas, y que ese era el motivo principal de toda la confusión que me rodeaba. El esfuerzo que hacía me provocaba mucha angustia y me atormentaba. El no recordar nada a la vez me liberaba de la culpa por lo que pudo haber pasado. Quizá era mejor así. Por algún motivo había caído todo en el olvido – suponía. Mientras me acostumbraba a las sensaciones que experimentaba, seguía caminando. La arena me lastimaba los pies. No tenía a donde ir pero no tenía otra opción más que seguir. Algo comenzó a cambiar en el paisaje. Con cada paso que daba se iba divisando un camino. Me invadió una sensación más alentadora. Quizá encontraría algo más allá del desierto. Al dar el siguiente paso desperté. Desperté en mi vida, en la única vida que tenía. Sentí mucho alivio, por fin regresaba. Lo peor había pasado pero siempre existiría el riesgo de volver a ese extraño lugar...